Partamos por el comienzo: desde el postnatal. En Chile, el padre tiene derecho a un permiso pagado de cinco días, el que se puede usar de dos formas. Primero, desde el momento del parto, cinco días de corrido sin interrupciones, a menos que haya un feriado o fines de semana. Y segundo, distribuirlos dentro del primer mes de vida a partir de la fecha de nacimiento, ya sea de forma continua o fraccionada.
Por su parte, el postnatal de las madres se extiende por 12 semanas (84 días) a partir del día del parto, para luego dar paso al “postnatal parental” en el que la mujer tiene la opción de extenderlo por tres meses más, es decir, un total de seis meses. Asimismo, tiene la posibilidad de ceder parte de su permiso legal al padre a través de dos formas. Primero, 12 semanas a jornada completa con 100% de subsidio, y también puede traspasar hasta seis semanas al padre. Y segundo, 18 semanas a media jornada con 50% de subsidio, cediendo hasta 12 semanas al padre.
Revisemos en detalle las dos modalidades del beneficio que ofrece la Ley Nº 20.545: 24 semanas de descanso completo (postnatal normal más postnatal parental de 12 semanas a jornada completa), con un subsidio equivalente a la remuneración con tope de 73,2 Unidades de Fomento (UF) brutas; y de 12 semanas de descanso completo, a continuación, 18 semanas media jornada. En esta segunda etapa se cancelará el 50% del subsidio (con tope de 36,6 UF).
¡Ojo! Que todo esto es el mínimo legal que un empleado puede exigir a sus empresas, las que son libres de dar más beneficios si es que están dentro de sus políticas de bienestar. ¡Qué triste que muchas solo se apeguen al mínimo, si pueden hacer algo mejor!, ¿no?
Es durante estos meses que el caos se apodera de la mayoría de las familias, sobre todo si son padres primerizos. “La maternidad y paternidad te cambia definitivamente la vida”, concluye un estudio realizado por la plataforma internacional Sitly. Con la llegada del primer hijo el tiempo que antes dedicabas a tu pareja y a la vida sexual cambia drásticamente. Hay menos tiempo a solas (mucho menos tiempo). Los padres están mucho más cansados y la cena romántica ya no es prioridad. Según este estudio un 37% de los padres (españoles) asegura que su relación ha empeorado tras tener hijos e incluso algunos confiesan envidiar a otras parejas que no son padres ¿A quién no le ha pasado alguna vez?
Pero la maternidad y paternidad también tiene un lado positivo. El sol vuelve a brillar. Sales a la calle y sientes que el mundo te mira diferente. Comienzas a acercarte a tus amigos que están pasando por tu mismo proceso. ¡Vamos quemando etapas! Resignificas los besos, abrazos y los “te quiero o te amo”, las cucharitas están llenas de ternura cuando alguien más pequeñito que tú, te abraza por la espalda en la cama y una sonrisa de esa mini personita para quien eres su mundo, definitivamente puede cambiar un mal día y hacerte sonreír.
Convertirse en padres además permite que desarrollemos habilidades que antes parecían dormidas, o incluso, que creías que no existían. Ahora te sientes más tolerante, paciente y comprensivo e independiente, que entiende de las nuevas responsabilidades que se sumaron en este maravilloso desafío de ser padre.
Y es en este largo recorrido que asumes que tus prioridades han cambiado. Tienes menos tiempo, pero aprendiste a manejarlos mejor y a organizarte de manera eficaz, pues tu agenda la ordenas en función de tus prioridades, donde tus hijos ocupan siempre o la mayoría de las veces un lugar protagónico. Al igual que el programa de antaño, internalizaste el valor de “el tiempo es oro” y así prendiste a ser más productivo, porque eso no solo te da tiempo para compartir en familia, sino que también te permite tener tiempo para ti. ¡Dejas de darte tantas vueltas y logras terminar en un día cosas que te tomaban una semana!
También al ser padre aprendes a alternar tareas maximizando tu tiempo. Asimismo, por un lado, aprendes a lidiar con el estrés, y por otro, a no darle mayor importancia a asuntos que no lo requieren. Aprendes a calmar a tu pequeño mientras haces su mamadera al mismo tiempo que terminas de redactar un email sobre la reunión de mañana.
Y es en eso que aparece la urgente necesidad de ambos padres de satisfacer las necesidades de los hijos tanto financiera como emocionalmente. Dentro del plan familiar a veces es posible que la mujer se dedique a la crianza y al cuidado de los hijos, pero si el factor económico prepondera comenzamos a visualizar otras alternativas. Es aquí en donde llega a tu vida el impensado y gran problema, ¿cómo conciliar trabajo con la vida familiar y personal?
Las opciones son variadas y va a depender de lo que resuelva cada familia. La abuela sin duda resulta una de las redes de apoyo infalibles, pero si no es el caso, iniciamos la búsqueda del apoyo de personas capacitadas para dicha tarea: niñeras, salas cunas o jardines tempranos. Otra alternativa son los cowork con guardería, posibilitando el trabajo remoto, una tendencia que llega a Chile buscando emular la experiencia de países más desarrollados.
Mu’hu es un espacio que brinda a padres modalidad freelance, emprendedores e incluso empresarios, trabajar de manera independiente y/o remota, alcanzando tus metas profesionales de la mano de una crianza presente. ¿Hora de un break? Los niños se encuentran en la guardería a cargo de cuidadoras de vasta experiencia, por lo que tienes plena libertad de escaparte a jugar con él, compartir un snack saludable, o ejercer la lactancia cuando una madre así lo desea.
Mu’hu, es el primer espacio de coworking que te facilita conciliar familia y trabajo, para disfrutar de ambas esferas de tu vida. ¡Cómo nos cambia la vida!