Contextualicemos. La norma de la que hablamos se publicó en 2012 y es la NCh 3262-2012, la cual regula el Sistema de Gestión de Igualdad de Género y Conciliación de la vida laboral, familiar y personal. Esta norma es de carácter voluntario, y las empresas que se adhieren no obtienen beneficios tributarios. Hasta diciembre de 2018 solo 12 empresas en nuestro país fueron certificadas, hoy suman 20. Está bien, muchos incentivos no hay para aplicarla que la propia conciencia de los directores de la empresa, pero ¿no debiera eso ser suficiente? Es por este motivo que el Gobierno ha desarrollado diversas capacitaciones para ir sumando, la Agenda Presidencial busca de aquí a 2022 haya 100 empresas en proceso de certificación. Poco, pero ¡vamos que se puede!
Un buen ejemplo es el Instituto de Previsión Social y su red de atención Chile Atiende este año inició el proceso de certificación. Para María José Zaldívar, la subsecretaria de Previsión Social, quien explicó en el sitio web Ips.gob.cl, que esta norma “nos convoca a todos, hombres y mujeres, en un camino que es difícil y no termina en la certificación”. Pareciera que ser que las trabas culturales sobre el funcionamiento tradicional al interior de las empresas ha sido una de las piedras de tope.
Cristián Díaz, subgerente de Recursos Humanos de La Moneda de Chile, empresa pública que obtuvo la certificación de la NCh 3262-2012, cuenta que “el compromiso de la Alta Dirección es clave para avanzar en la instalación de una cultura de igualdad de género y conciliación en cualquier organización”. Dentro, la principal barrera fue la resistencia al cambio. Sin embargo, “después de la implementación de la norma, subimos diez puntos en los indicadores de la Encuesta de Clima”, afirmó para Ips.gob.cl.
Francisco Méndez, gerente de Gestión de Personas de Laboratorio Bagó explicó para Ips.gob.cl que para decidir ser parte de la certificación se hicieron varias preguntas, como, por ejemplo, si una política de género podría agregar valor a la compañía. Y así fue. “Lo observamos en la dotación de la fuerza de venta, ya que hace 15 años había solo hombres, mientras que hoy el 45% son mujeres, las que, además, han hecho carrera, pues el 60% de ellas ocupa una jefatura. No fue necesario establecer cuotas, solo destrabar el sistema para que los mejores talentos llegaran para quedarse (…) Conciliar es clave para una buena calidad de vida”.
¿Pero qué pasa dentro de las empresas que aún no acogen esta iniciativa? Para Carolina Cuevas, la ministra(s) del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, quien explica para el diario El Mercurio, que el bajo número se debe al desconocimiento que existe de esta norma. “Estos son temas que -a veces- a las empresas y como país nos ha costado subirnos a la altura de los tiempos”, afirma.
Esto se suma a los problemas en la difusión y diversificación por grupos de empresas. Carolina Peyrín, coordinadora del Área de Consultoría de Género de Comunidad Mujer, aseguró que se requieren instrumentos que incentiven la incorporación de la NCh3262. “En México, las empresas que participan en las compras públicas deben estar certificadas en la norma de igualdad de género. Son necesarios, además, instrumentos que apoyen el costo de implementación y certificación; junto con la mayor difusión del sello gubernamental que reconoce a las compañías que se han certificado y también comprometer a los gremios empresariales en la promoción de este instrumento”, explicó para El Mercurio.
En Chile, un factor que ha propiciado a que las empresas se sumen a la normativa, ha sido el movimiento feminista de 2018, la desnaturalización de la violencia de género y las demandas concretas que se han puesto sobre la mesa en los medios de comunicación. Las firmas que han pasado por este proceso aseguran que les ha ayudado al cambio cultural dentro de la empresa, lo que ha permitido naturalizar la incorporación de la fuerza laboral femenina en las organizaciones. “Contribuye a que el país pueda aprovechar de mejor forma el talento de las mujeres, lo que es condición de un desarrollo sostenible y de una mayor competitividad”, asegura Peyrín.
¿Cómo las empresas consiguen la certificación? Las empresas deben lograr replantearse los procesos de selección, el acceso a las capacitaciones, la posibilidad de desarrollo de carrera, y la participación en cargos de decisión de las mujeres, para luego definir planes de acción y tomar medidas para corregir situaciones inequitativas.
Más antecedentes. Ya en 1989, con la ratificación de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), y en 1991, con la creación por Ley del Servicio Nacional de la Mujer, el Estado chileno se comprometió a tomar medidas apropiadas para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de la mujer, garantizándole el ejercicio y goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales en igualdad de condiciones, permitiendo disminuir las inequidades, brechas y barreras impuestas hasta ese entonces. Sumada a estas iniciativas, hoy la aplicación de la NCh 3262-2012 representa una buena oportunidad, siendo los mismos trabajadores quiénes exijan o pidan que se cumpla en las empresas. Al final del día, todos ganan, puesto que apela a la mejora del ambiente laboral, valorando aún más el rol de la mujer en sociedad, así como también, a mejorar la productividad dentro de las empresas.