¿Cuál es el rol del padre durante el embarazo y el parto?


Aunque nuestros abuelos no parecían saberlo, el que el padre sea partícipe de este proceso fomenta múltiples beneficios, pues están mucho más familiarizados con todo lo que ocurre, tanto con la madre como con el hijo.

Para el ginecobstetra Gustavo Rencoret quien explica en el sitio online de Clínica Las Condes, “la ecografía vino a marcar un cambio, ya que antes les era más difícil vincularse con algo que no veían ni sentían. Este mayor acercamiento significa por un lado una mayor conexión con el hijo que viene en camino, pero también un mayor apoyo para la mujer, en una etapa donde ellas necesitan sentirse acompañadas”.

Según un informe realizado por Cupa y Riazuelo-Deschamps en 2001 llamado “La constelación paternal: un estudio piloto en el período prenatal”, concluyó que la percepción de los movimientos del hijo es clave para sentirlo real. Otro informe realizado por la editorial Draper en 2002, reveló que los padres que tienen un rol participativo durante los primeros meses de gestación y embarazo, acceden a la dimensión física de éste, ayudándoles a sentirse más comprometidos con el proceso de gestación, y posteriormente, al nacimiento, pues se produce un vínculo temprano que tiene que ver con el contacto emocional, desarrollándose el apego de forma precoz.

Los psicoanalistas Herzog y Lebovici ya en 1995 hablaban de la importancia del apoyo mutuo en la relación de pareja, señalando que uno de los procesos más importantes de la transición a la paternidad tiene que ver con la redefinición de la identidad de hombre y esposo hacia padre, sumando un nuevo rol dentro de su vida: ahora también es papá.  

Según los especialistas, entre los procesos psicológicos que esta tarea implica se encuentran la de crear un lazo con el bebé y lograr la convicción interna de que puede cuidar de él, dejando atrás aquellos mitos sociales relacionados a la pérdida de “hombría”. Además, afirman que el padre también necesita del apoyo afectivo de la madre para volverse un papá más interesado.

Según Rencoret, “las mujeres deben mostrarles cómo pueden conectarse, porque en ocasiones no saben cómo. Sobre todo cuando son papás primerizos (…) En el fondo, que ellos también se sientan protagonistas”. ¿Cómo? Asistiendo juntos a talleres relacionados con el embarazo y maternidad, conversando sobre los artículos necesarios para recibir al bebé, acompañando a la madre a los controles periódicos y ecografías, discutiendo sobre los tipos de partos y cuál se asemeja más a lo que ambos buscan.

La experiencia del parto además favorece el desarrollo del sentido de “paternidad”, sintiéndose como “padre” desde el saber afectivo del apego con su hijo, así como también, en reconocerse como parte de la familia. En la sala de parto en donde el hombre logra ver y valorar lo que significa parir y el esfuerzo que realiza la madre para traer a su hijo al mundo.  

Como hemos visto, la paternidad es un proceso que se construye paso a paso desde la gestación hasta el fin de los días. Es un proceso distinto a la maternidad. Un poco más lento y más de voluntad, ya que obviamente el hombre no es el embarazado en la pareja y ¡no siente una guagua dentro suyo! Ser partícipe del embarazo fomenta a posteriori un apego precoz con el hijo, así como de representar un apoyo fundamental para la madre durante los meses de embarazo y el parto. Asimismo, un embarazo “de a dos” mejora la situación emocional de la pareja y fomenta una conexión más estrecha entre ambos. El rol del padre ha cambiado ¡Comencemos!