Conciliación trabajo-familia no es solo tarea de la mamá


En mayo de este año el Gobierno presentó un proyecto de ley referido a la “modernización laboral para la conciliación, familia e inclusión”, el cual apela a la flexibilidad de la jornada de trabajo para que mujeres y hombres puedan adaptar su jornada laboral a sus distintas realidades (como a pasar más tiempo con sus hijos o estar más presentes en su crianza), convirtiéndose en el segundo proyecto en el marco de la Reforma Laboral, tras la modernización del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence).

Por estos días, la regulación del Código del Trabajo establece que la jornada laboral no puede exceder de 45 horas semanales, ni tampoco distribuirse en más de seis ni menos de cinco días (exceptuando al sector minero y a los pactos de adaptabilidad acordados por sindicatos).

Algunas de las medidas más importantes de adaptabilidad de la jornada proponen: cambiar la jornada laboral de 45 horas semanales por una de 180 mensuales, distribuidas por el empleado; repartir las horas en no menos de cuatro días ni más de seis días; pactar jornadas semestrales o anuales que se adecuen a las necesidades particulares de trabajadores y empleadores (padres que prefieran distribuir su jornada anual-semestral, para pasar más tiempo con sus hijos durante las vacaciones de invierno).

Pactar “bloques horarios” para el ingreso y salida del trabajo, de manera que las personas puedan acomodarse a sus propios horarios y necesidades.

El proyecto además busca pactar, durante los períodos de vacaciones familiares, distintas del feriado legal, la prestación de servicios mediante la modalidad de trabajo a distancia o que se reduzca su jornada laboral diaria; e incorporar la posibilidad de pactar un sistema excepcional de distribución de jornada; entre otras.  

Las medidas además tienen por objeto brindar la posibilidad a los padres de flexibilizar su jornada laboral para así pasar más tiempo en familia.     

Si bien el Gobierno apunta a promover proyectos legislativos que van en pro de una crianza más participativa tanto de hombres como mujeres, primero se debe reconocer que la presencia activa del padre es igual de importante que el de la madre, por lo que no solo de ellas es la tarea de lograr la “soñada” conciliación entre trabajo y crianza, ¡es una tarea de ambos!

Una tarea compartida. Saliendo de los tecnicismos propuestos por el proyecto, recordemos que la crianza es una tarea de ambos progenitores. Según un estudio español realizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), el cual ha estudiado durante los años 2015 a 2018 las condiciones familiares y empresariales que permiten a los hombres implicarse en los cuidados de sus hijos, concluyó que las diferencias de conciliación entre géneros son mayores cuando hay perjuicio laboral y económico para el progenitor, “lo que significa que la mujer está más dispuesta a priorizar el cuidado de sus hijos sobre su proyección en el trabajo”.

Según el informe, el 80% de los padres hacen uso del permiso de paternidad remunerado; solo un 4,1% de los hombres (v/s un 25% de las madres) deciden acogerse a la reducción de jornada por cuidado de hijo mejor de 12 años; y solo un 0,4% de los padres con niños menores de 8 años piden excedencias temporales remuneradas frente a un 11% de las madres. ¿Qué pasa en nuestro país? En 2018 solo dos de cada 10 padres trabajadores chilenos utilizaron el postnatal de cinco días y apenas un 0,2% solicitó el permiso de Postnatal Parental.

Según cifras de la Dirección Regional Metropolitana de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI), en la Región Metropolitana solo el 5% de las personas o apoderados que inscriben a sus hijos son padres, frente al 92% de las madres que asumen esta responsabilidad.  

Una paternidad más activa. El rol del padre no solo debe apuntar a proveerlos económicamente, sino, además, a tener una relación afectuosa e incondicional con sus hijos y participar de sus cuidados y la crianza.

Para Mónica Morales, Directora Metropolitana de JUNJI, quien explicó en Publimetro.cl, “es a través de este rol como ellos (los padres) pueden integrarse plenamente a las labores de formación en corresponsabilidad junto a la madre u otros cuidadores. Además, los párvulos tienden a desarrollarse mejor en áreas como salud física y mental, motivación al estudio y habilidades sociales, y que en un futuro generará en ellas y ellos una mayor autoestima, mejor conducta y una mayor tolerancia al estrés, por ejemplo”, explica.

Una mirada más positiva. Pese a las cifras ofrecidas por la JUNJI, este año UNICEF y Pampers dieron a conocer los resultados del estudio “El apego entre padres e hijos”, el que da cuenta de la realidad chilena en relación con las conductas de apego, revelando que nuestro país atraviesa “un cambio cultural favorable que promueve la presencia del padre en la infancia temprana, lo que resulta ser muy positivo para el vínculo”.

Además, el análisis mostró que por estos días existe un 94% de compromiso del padre por acompañar a la madre de su hijo durante la gestación. Gary Stahl, Representante de UNICEF para Chile destacó en el sitio web de la entidad, "consideramos de gran relevancia generar información acerca de cómo se viven las relaciones tempranas entre padres e hijos en Chile, de manera de detectar aquellas situaciones adversas que dificultan el desarrollo de un buen vínculo temprano y así generar acciones que favorezcan el apoyo a las familias y a las instituciones que trabajan con éstas".

Barreras interpuestas: el factor trabajo. Una de las principales que mencionan los padres para participar más de su paternidad, es el contexto laboral. Mientras tanto se aprueba el proyecto para acceder a mayores flexibilidades, ¿qué podemos hacer para lograr la tan anhelada conciliación trabajo-familia?

Calidad no es cantidad. Finalizada la jornada laboral, el padre debe llegar a la casa con la intención de compartir con sus hijos. Trata de desconectarte del teléfono o Netflix. Tus hijos son lo primero.

La recomendación apunta a que los padres sean partícipes del día a día de sus hijos, y se atrevan a pedir permiso en sus trabajos para asistir sus actividades, tales como reuniones de apoderados, presentaciones deportivas o de carácter artístico; así como instancias relacionadas al área de la salud, controles médicos o en caso de enfermedad. Además, siempre existe la posibilidad de conseguir algún justificativo para presentar al empleador.

En caso de que esto no sea posible, la mamá y el papá deben generar instancias de conversación con sus hijos para así explicar los motivos del por qué algunos de los padres se ausentan en ciertas ocasiones, para así mostrar interés en los niños propiciando un vínculo cercano y afectivo. El baño, la comida, leer un rato, comentar lo que hizo hoy en el jardín o con la abuela, son instancias para generar apego con ellos. Aunque hayas tenido un mal día, date el tiempo para compartir, lo recordarán para el resto de sus vidas. ¡Papás, a ponerse las pilas!